Momentos
de balances y definiciones
Indefectiblemente diciembre es el
mes de los “cierres”. De “balances”.
De balances numéricos que nos ¨alientan¨
por lo que efectivos y buenos que fuimos;
o nos ¨reclaman¨ a gritos que ¨ALGO¨ debemos cambiar.
También momento de análisis
de recorridos, de los estados ¨no tan
numéricos¨, que nos llevaron a ¨ESO¨, que los números ¨hablan.
Seguramente encontrarás aciertos,
buenas decisiones, complementaciones con otros que te potenciaron, vivencias, oportunidades
que se te presentaron sin que las busques deliberadamente, así como des-aciertos que te aportaron mucho aprendizaje.
Esta semana, vuelve a mí una
frase de Randy Pausch (1),
“experiencia
es lo que obtienes, cuando no obtienes lo que quieres.”
¿Qué es lo que NO obtuviste? ¿Ganancias,
nuevos clientes, las ventas que
proyectaste, el rinde que te propusiste, el campo en alquiler, las hectáreas que cosechaste, la licitación
que perdiste? ¿ Mayor tiempo con tu familia o para vos? ¿Salud? ¿Qué?
¿Qué aprendiste? ¿Qué experiencia
te dejó? ¿Qué podrías cambiar para que
no vuelva a ocurrir y mejorar tu futuro?
Y se me revela en este
instante la plegaria de la serenidad del
teólogo REINHOLD NIEBUHR:
"DIOS,
Concédeme serenidad para aceptar
las cosas que no puedo cambiar, el valor
para cambiar las cosas que sí puedo, y
la sabiduría para conocer la
diferencia.
Creo que muchas veces nos falta, sabiduría,
para reconocer esa diferencia, y valor,
y coraje, para generar y generar-nos
cambios. Nos quedamos como en ¨la cómoda
de la nona¨ esperando que algo “de afuera” suceda y nos venga a cambiar la
realidad.
Viktor Frankl en su célebre libro “El hombre en
busca de sentido” nos aporta: “Al hombre se le puede arrebatar todo
salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud
personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino.”
Nuevas decisiones, nuevas actitudes personales necesitan liberarse para
transformar el escenario. Nadie, lo hará por nosotros.
Y quiero presentarte un ejemplo.
Es un fenómeno mundial que la participación del productor, dentro del precio
final es cada vez más pequeña. Pasa con la leche, la carne, frutas, hortalizas,
el café y muchos más.
De acuerdo al ultimo informe de CAME quien elabora el 'indice IPOD donde compara la diferencia entre el precio en origen y el precio a consumidor final, por ejemplo el tambero recibe el
21,75% de precio final, quien produce
cerdo el 15,1% y productor de peras tan sólo el 9,8%. En
promedio, a nosotros nos cuesta aproximadamente entre 4 y 5 veces de lo que se
le paga a ese productor.
Pregunto. ¿Qué esperan los productores para crear sus propias cadenas,
integrarse, escalar en la cadena de valor?. ¿O acaso como nacieron las
cooperativas en nuestro país?. “Trabajo
colaborativo” y “coworking” no son descubrimientos de este siglo. Nuestro agro
ya lo viene implementando desde fines del siglo XIX.
Producís limones, naranjas, manzanas fíjate cómo
hacer jugo, dulces, ensaladas de frutas Producís leche ¿como podes fabricar
quesos?. Producís hortalizas: quizás podes agregarle valor fraccionando y
envasando, o juntándose en un mercado, o buscá la forma de distribuir
directamente a amas de casa. Engordás cerdos: elabora chacinados y pone una
carnicería. No quiero ser simplista. Simplemente te aliento a que aceites tu
capacidad creativa en cómo agregar valor. Buscar y generar soluciones. Planteate como podrías ponerte al volante,
y cambiar esa realidad que ya no querés.
En la columna anterior Oportunidad
de capacitación financiamiento y asociatividad para PYMES de mostré muchas
herramientas para lograrlo.
También me cuestiono como consumidor. ¿Por qué
convalidamos estos precios?. Por qué no nos informamos, o buscamos alternativas
para comprar directamente algunos productos?.
Vienen a mi memoria aquellas “carneadas” que se organizaban
entre vecinos, donde todos se ayudaban.
Me parece oler aroma a chicharrón, salame y bondiola caseros. Ya quedan muy
pocos productores argentinos, que tengan casi una autosuficiencia alimentaria,
como sí sucede con productores europeos.
El espíritu navideño nos tiene
inquietos, eligiendo el menú, regalos para nuestra familia, nuestro equipo, reconocimiento
a clientes y proveedores, o tomando decisiones postergadas, en la recta final del año, que llegamos como
patinando a toda velocidad como si el mundo terminara mañana.
Sin embargo más allá de tus
creencias, te comparto que NAVIDAD,
significa nacimiento, simboliza LO NUEVO.
Te invito a que en esta Navidad te tomes un rato, y la resignifiques para vos.
¿Qué es ¨LO NUEVO¨ que querés dar nacimiento y aún no te animás? ¿Qué
proyectos están en tu mente y quisieras verlos en acción? ¿Qué realidad querés y tenés el valor de cambiar?.
¡Escribilos!. En colores lindos,
alegres, grandes, como tus sueños merecen. Ponelo en tu arbolito, en la heladera, en el
fondo la pantalla del celular, donde quieras. No los pierdas de vista. Imaginátelos
realizados. Está demostrado que las personas que escriben sus objetivos tienen
más posibilidades de concretarlos.
Feliz Navidad. Que nuevos sueños y desafíos te motiven para
arrancar el 2016 que ya se viene!
¿Y? ¿Qué escribiste? ¿Me contás?
Cra. Monica Ortolani
Experto PYME Nro. 198
Inscripta como Unidad Capacitadora
(UCAP) para el Programa Capacitación
PYME
Incluida dentro en el Directorio de
Consultores ( DIRCON - Registro Nro
29705) para el Programa de Acceso al Crédito y la Competitividad
(1)
Randolph
Frederick Pausch (23/10/1960 – 25/07/2008) fue un profesor de ciencias de la computación, de
interacción hombre-máquina y de diseño en la Universidad
Carnegie Mellon (CMU) en Pittsburgh, Pensilvania, Estados Unidos. Además como autor tuvo un elevado número de ventas en sus libros,
consiguiendo fama mundial por su trabajo «The Last Lecture», titulado «Really Achieving Your Childhood Dreams», discurso que dio el 18 de septiembre de 2007 en la Universidad
Carnegie Mellon. El texto de
la conferencia se adaptó y amplió en el libro “La última lección”. Considerado por TIME como una de las 100
personas más incluyentes.
COLUMNA PUBLICADA EN PORTAL DE SALVADOR DISTEFANO
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